miércoles, 30 de abril de 2014

Autoestima del docente


Autoestima:

La autoestima podría considerarse como la membrana celular del yo que, a la vez, protege, cohesiona, sensibiliza y participa de todo intercambio o relación. Esta membrana, no obstante, tiene vocación de núcleo emocional. Por ella la persona se cubre de fuerza, y el equilibrio personal se reestablece, y por ella se pierde la energía y se resiente la más constructiva de las motivaciones.

R. Gil Martínez (1997) señala que la autoestima se articula sobre el autoconcepto; tiene lugar, por tanto, sobre la autoimagen, la autoaceptación, la identidad, las características personales, la competencia, etc., y sobre la representación que la persona se hace de lo que los demás piensan o sienten.


El siguiente mapa intenta resumir varios conceptos relacionados con la autoestima:


Docente de baja autoestima

Salvo que, por un considerable autocontrol emocional, el profesor de baja autoestima consiga des-identificarse de su lastre emocional para los sentimientos, actitudes y tomas de decisiones, algunos rasgos personales y relacionales que pueden caracterizar al docente de baja autoestima son:

  1. Inseguridad emotivo-cognoscitiva de base
  1. Mayor influibilidad/ dependencia relacional
  1. Procesos del autoconcepto erróneo
  1. Baja autoestima intensa o agravada  


Inseguridad emotivo-cognoscitiva de base:
Se caracterizan por:
  • Menor confianza, infravaloración de cualidades, sensación de escasos recursos, minusvaloración reactiva.
  • Percepción de no ser competente, sensibilidad a reacciones de los demás, culpabilidad.
  • Menor tolerancia general a la frustración, vivencia excesiva de miedo al fracaso.
  • Dificultad de comunicación, asertividad disminuida, Irascibilidad, sensibilidad a la agresividad percibida o imaginada.

Mayor influibilidad/dependencia relacional:
Sus características son:
  • Sobreestimación de los demás y subestimación propia, Comparación con el yo ideal. 
  • Atención sensible a la valoración de los demás, Supervaloración de las cualidades aceptadas por ellos. 
  • Práctica de estrategias para atraer la consideración de los demás.
  • Identidad confusa  y Atribución externa de lo negativo.
  • Entristecimiento ante situaciones no controlables. 
    • Interpretación de que no se le toma en serio
    • Se escoge a otro para una tarea
    • Se percibe escasa amabilidad por parte de otros

Procesos del autoconcepto erróneo:
Desarrollan las siguientes actitudes:
  • Fijaciones:
    • Minimización de lo positivo: “Ha habido suerte”
    • Estancamiento en lo negativo y generalización: “Lo hice mal, luego soy un desastre”
  •   Inconsistencias lógicas:
    • Conclusiones sin datos: “Nadie me quiere”.
    • Autopersonalización de motivo: “la culpa la tengo yo”. 

Baja autoestima intensa o agravada: presentan:
  • Autoimagen permanentemente valorada como inferior, incompetente e imperfecta.
  • Escasez de mecanismos de defensa.
  • Su repertorio de habilidades comunicativas y sociales es pobre y se tiene carácter neurótico, obsesivo o paranoide.
  • Dependencia emocional es anormalmente alta.
  • La autoaceptación está sustituida por una intensa disposición autopunitiva, que fije la atención hacia las –supuestas- imperfecciones.
  • Complejo de inferioridad, existe inseguridad, falta de confianza, minusvaloración pública y victimismo.
  • En procesos agudos y sin mecanismos de defensa puede llegarse a avisos, tendencias y consumaciones de suicidio.


Fuentes:
EL DOCENTE DE BAJA AUTOESTIMA: IMPLICACIONES DIDÁCTICAS. Agustín de la Herrán Gascón.
Gil Martínez, R. (1997). Manual para tutorías y departamentos de orientación. Educar la autoestima-Aprender a convivir. Madrid: Editorial Escuela Española, S.A.

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